El Programa de Habilidades Blandas para la Era Tech.

"Hacer para ser"

Desbloquea el Rendimiento Exponencial de tu Equipo Tech: Programa de Habilidades de Alto Impacto.

Nuestro proceso de optimización de equipos tech comienza con una radiografía integral del talento: evaluamos en profundidad las competencias laborales, la arquitectura de personalidad y, de manera crucial, las preferencias cerebrales de cada ingeniero y especialista. Esta inteligencia de datos individualizada es la base estratégica sobre la cual diseñamos planes de desarrollo y gestión a medida. Entendemos que la motivación es granular: lo que impulsa a un desarrollador puede no resonar con un arquitecto de sistemas. Nuestras sesiones personalizadas uno a uno aprovechan esta comprensión profunda, marcando una diferencia tangible en el compromiso, la productividad y la retención del talento tech crítico.

Fase 1: Inmersión Diagnóstica en el Perfil Individual.

El punto de partida de nuestra metodología reside en una evaluación exhaustiva y multidimensional del talento. A través de la aplicación estratégica de instrumentos psicométricos avanzados, obtenemos una comprensión profunda y basada en datos de las competencias laborales intrínsecas, la arquitectura de personalidad distintiva y las preferencias cerebrales predominantes de cada profesional. Esta analítica inicial del capital humano sienta las bases para una intervención precisa y altamente personalizada.

Fase 2: Revelación del Autoconocimiento Estratégico y la Conciencia del Desempeño

Esta etapa crítica se centra en facilitar la emergencia de un autoconocimiento profundo y orientado a resultados en cada miembro del equipo. A través de sesiones individuales y herramientas de reflexión guiada, exploramos la conciencia que cada profesional tiene de sus logros cuantificables: aquellos hitos donde su contribución generó un impacto tangible y medible. Paralelamente, fomentamos una evaluación objetiva y constructiva de sus "hechos no exitosos": aquellos desafíos o situaciones donde los resultados no fueron los esperados.

Fase 3: Sinergia Comunicacional: Un enfoque Neuroquímico

Esta fase profundiza en la ciencia detrás de la comunicación, reconociendo que un diálogo interno negativo y autocrítico puede disparar la liberación de cortisol, generando sentimientos de ansiedad, inseguridad y defensividad. Este estado interno se proyecta inevitablemente en nuestra comunicación externa, creando barreras, generando desconfianza y limitando nuestra capacidad de influencia. Por otro lado, cultivar un diálogo interno positivo, favorece la liberación de neurotransmisores como la dopamina, asociada al placer y la motivación, y la oxitocina, la hormona del vínculo social y la confianza. Este estado neuroquímico interno nos habilita para comunicarnos externamente con mayor claridad, seguridad, empatía y persuasión.

Fase 4: Cultivando la Agudeza Analítica:

Esta fase se centra en el desarrollo del pensamiento crítico, una habilidad esencial en el dinámico entorno empresarial actual y análoga a la rigurosidad de un analista de datos. Buscamos capacitar a cada miembro del equipo para abordar situaciones y desafíos con una mentalidad objetiva, trascendiendo las suposiciones y los sesgos cognitivos. implica contemplar todas las variables relevantes, evaluar la calidad y la fiabilidad de los datos disponibles, y analizar las interconexiones entre ellos.

Fase 5: Planificación Estratégica y Enfoque Disciplinado como Catalizadores de Resultados.

Reconocemos que la ausencia de una hoja de ruta clara y de la disciplina para mantener el rumbo conduce inevitablemente a una fuga de recursos valiosos: tiempo, energía, talento y presupuesto. Esta dispersión se manifiesta en una productividad subóptima, una susceptibilidad constante a las distracciones, el incumplimiento sistemático de plazos críticos y la toma de decisiones impulsivas, a menudo carentes de una visión a largo plazo.

Fase 6: El autoconocimiento como Arquitecto de la Experiencia emocional:

En esta fase, adoptamos una perspectiva poderosa y transformadora: comprender que nuestras emociones no son entidades fijas que nos suceden pasivamente, sino construcciones mentales dinámicas, íntimamente ligadas a nuestros pensamientos e interpretaciones de los eventos. En lugar de vernos como víctimas de nuestras emociones, exploramos cómo nuestros procesos cognitivos –nuestras creencias, nuestros juicios, nuestras narrativas internas– moldean activamente la forma en que experimentamos el mundo emocional.

Fase 7: Trascendencia y Propósito: Explorando el Sentido de Vida

Cuando las personas conectan con un sentido de vida que trasciende las recompensas materiales o el éxito superficial, su motivación se vuelve intrínseca y profunda. En lugar de estar impulsados únicamente por factores externos, se sienten llamados por un propósito superior, lo que genera una energía y una dedicación sostenidas. Este sentido de propósito actúa como una brújula interna, guiando sus acciones y decisiones, incluso cuando enfrentan obstáculos. La motivación arraigada en la dimensión espiritual es más resiliente y menos susceptible a la desilusión ante las dificultades.

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